El siguiente día otra vez estaba Juan, y dos de sus discípulos. Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios. (Juan: 1.35-36). Paremos acá y meditemos en esto: Cuando Juan estaba con sus dos discípulos ellos estaban mirando hacia Jesús, solo a Él, a nadie más, no habla que también estaban mirando hacia otras personas, no!. Ellos solo miraban para el Señor Jesús. Y es eso lo que nosotros tenemos que hacer más allá de todas las luchas que tenemos y tengamos, debemos siempre mirar para Él.
Te preguntaras ¿Qué es mirar para Él? Es mirar para Jesús y mirar para aquel problema y darte cuenta que aquel problema que veías como gigante es realmente insignificante con respecto a el Señor Jesús, entonces tu confías en el colocando a este insignificante problema en sus manos sabiendo que tomando esta actitud y luchando junto a Dios la victoria está asegurada!.
De seguro muchas veces habrás escuchado esto pero… piensa, si ya lo has escuchado tantas veces, entonces da oído a la Voz de Dios, porque no es el obrero, la obrera o el pastor los que te están hablando son Hombres y Mujeres que Dios utiliza para hablarnos.
Le oyeron hablar los dos discípulos, y siguieron a Jesús. (Juan: 1.37). Después que ellos miraron para Jesús, oyeron lo que él decía y lo siguieron. Por esta razón es importante que no solo escuchemos sino que oigamos la voz de Dios, porque solo así vamos a poder seguirlo, ya que en nuestros tiempos no podemos verlo y escuchar su voz física, pero podemos tener su Dirección para poder andar en sus caminos y no desviarnos de Él.
Milagro Palacios.
Esta publicación es para aquella personas que aun no han recibido al Espiritu de Dios, ya que muchas veces no alcazan esta Gran Bendición por causa de estar mirando siempre a sus problemas dejando a Aquel, que deberia estar en 1er lurgar, en el lo ultimo...espero les sirva tanto como a mi.Que dios las Bendiga a todas.
ResponderEliminar