jueves, 28 de julio de 2011

Lo que una Obrero/as NO debería hacer…


Lea con mucha atención… 
trabajar en la reunión con cara de enojado/a.
·        no mirar a los ojos del miembro en un atendimiento, demuestra falta de interés.
·        llegar en cima de la hora de la reunión.
·        No auxiliar la abertura de la Biblia cuando el Pastor anuncia un libro.
·        Quedar conversando en la puerta de la iglesia o fuera de ella.
·        Esconderse en una sala y quedarse sin hacer nada mientras esta la reunión por lo menos debe estar en el salón vigilando.
·        Ser pre conceptuoso.
·        No saber entender a una persona que todavía no está firme en la fe cristiana, y que pasa mucho tiempo manifestando en la iglesia (imagine si hubiese hecho eso con usted, con certeza no estaría hoy entre el cuerpo de obreros/as).
·        Después del chau del pastor, agarrar sus cosas y salir sin atender al pueblo, verificar si hay algo para arreglar o acomodar los propósitos del día siguiente, etc., aunque uno no esté encargado, que siempre haya por lo menos un interés ;y sin la oración de entrega con los obreros que trabajaron en esa reunión.
·        No trabajar en las principales reuniones de domingo 7:30 hs y 9:30hs (a no ser por trabajo).
·        Trabajar apenas en Santa Cena.
·        Trabajar en la reunión solo para distribuir sobres o sostener el alfolí.
·        Hacer solo lo que el pastor pide, uno siempre tiene que mostrarse dispuesto para algo más.
·        No limpiar el salón después de cada reunión.
·        No juntar los pedidos de oración del altar o cualquier otra cosa dejada en el altar.
Esos son algunos de los motivos del porque muchos miembros, jóvenes y evangelistas, no buscan mas a los obreros/as; vamos a vigilar nuestras actitudes, celar por la unción que nos fue dada por el Espíritu Santo.
SOMOS HOMBRES Y MUJERES DE DIOS, SEPARADOS POR ÉL PARA HACER PARTE DE ESTA GRAN OBRA DE DIOS QUE ES LA IURD.
No podemos dejar que cosas así, vengan a minar nuestra fe, dejándonos indiferentes para con su obra; no olvidemos, que no estamos sirviendo a hombre y no estamos para agradar a hombres, todo lo hacemos porque queremos servir a nuestro Salvador  y si los demás no lo hacen, yo no puedo seguir ese ejemplo, a cada día tengo que hacer u poquito más, porque no voy a servir a mi Dios de cualquier manera y el talento que me fue confiado, lo voy a cuidar y a multiplicar con mi vida, no importa el sacrificio que tenga que hacer, tenemos que cuidar nuestra salvación y no cansarnos jamás de arrancar otras almas de las garras de diablo…

Que el Espíritu Santo nos dirija a todos.
Milagro Palacios.

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